Los restos, localizados a 1.900 metros de altitud en una sima inhóspita y de difícil acceso, corresponden a un varón de entre 16 y 18 años
11.01.2014 | 04:51
Oviedo, M. S. MARQUÉS El esqueleto humano rescatado en una sima de las Ubiñas (Quirós) el pasado verano por arqueólogos de la Consejería de Cultura pertenece a un varón joven, de entre 16 y 18 años, que vivió hace 3.900 años, es decir, al inicio del período conocido como Edad del Bronce. Son los datos que ha aportado hasta ahora el estudio antropológico que dirige en el departamento de Organismos y Sistemas de la Facultad de Biología la investigadora Belén López.
Aunque los análisis realizados permiten ubicar cronológicamente los restos humanos y conocer el sexo y la edad del individuo, siguen siendo muchos los interrogantes que plantea el hallazgo, tanto por el lugar en el que se localizó el cadáver como por la ausencia de otros restos, bien sean de vestimenta o cualquier tipo de material o instrumento que portara el joven en el momento de su muerte, como por la falta de respuesta a su aparición en una zona donde no es posible la vida humana.
El enigma de su presencia en la cueva del Gatu Velo, cerca de la cresta de los Cinchos, en el cordal de las Ubiñas, a 1.900 metros de altitud, en un lugar desconocido, aislado y cubierto de nieve prácticamente todo el año, tiene difícil explicación. César García de Castro y Gabino Busto, técnicos del Servicio de Patrimonio de Cultura, así lo manifestaron durante el relato de la experiencia que supuso la recogida de los restos el pasado verano. El esqueleto había sido localizado un año antes por miembros de la Federación de Espeleología del Principado durante el rescate del esqueleto completo de un lince boreal hallado en la misma sima pero a diferente profundidad, que en la actualidad se estudia en el área de Paleontología de la Universidad de Oviedo.
El cadáver del joven apareció en un hueco de 70x120 centímetros, en una plataforma entre dos paredes verticales, y a 130 metros de profundidad desde la boca de entrada a la sima. Un lugar inhóspito y de absoluta oscuridad. Por la disposición de los huesos se intuye que el joven se sentó en la plataforma y se recostó hacia atrás para morir. Se descarta que hubiera llegado allí por una caída o que hubiera sido presa de algún animal, porque no presenta ningún hueso roto ni rastro de haber sido atacado por alguna fiera.
Según Belén López, los restos del joven, que tenía una estatura entre 1,62 y 1,65 centímetros, están bastante bien conservados, a excepción de algunos dañados por la humedad en partes como la cintura pélvica, fundamental para conocer el sexo del individuo. A pesar de las dificultades se pudo demostrar que se trata de un varón, tanto por la pelvis como por los huesos del cráneo.
Muestra del buen estado que presenta el esqueleto es el hecho de que conserve el hioides (pequeño hueso de la laringe), así como todas sus piezas dentales. Según las conclusiones, el joven no debía de llevar mucho tiempo perdido en la sima -si es que había llegado equivocadamente al lugar donde murió tratando de encontrar una salida-, porque no se aprecia ningún signo de malnutrición. Todo indica que era un individuo sano, que presentaba en la frente una cicatriz de una lesión producida algunos meses antes.
Los datos cronológicos y físicos del enigmático hombre de las Ubiñas fueron presentados ayer por el director de Patrimonio, Adolfo Rodríguez Asensio, al que acompañaron César García de Castro, Gabino Busto y Belén López. Todos mostraron cierta perplejidad por la ubicación del hallazgo en un lugar de acceso imposible, que, según García de Castro, "hace 4.000 años tendría neveros perpetuos prácticamente los doce meses". Una posible explicación al extraño lugar donde se encontró el cadáver es que la sima tuviera entonces otra entrada más próxima, hoy desaparecida por algún derrumbe.
A pesar de los muchos interrogantes que aún quedan por descifrar, Asensio considera el descubrimiento de "mucha importancia", porque "permite su estudio antropológico". Señaló, no obstante, que en Asturias ya existen otros restos de períodos similares, como es el caso del esqueleto conocido como "la pastora del Cuera" o "la niña de Fuentenegrosu", el cadáver de una joven que fue enterrada en una cueva de la zona hace 2.700 años y cuyos restos, bastante completos, se muestran en el Museo Arqueológico de Asturias.
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