Restos arqueológicos de la antigua Roma. / Archivo
Roma sigue dando sorpresas y desvelando poco a poco los secretos de su inmenso y rico pasado. Así, al majestuoso Coliseo, las impactantes termas de Caracalla o el gran mercado de Trajano pronto se unirá otro vestigio de la imponente arquitectura de este pueblo. Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Michigan y de Calabria han descubierto los restos de un templo romano del siglo VI a. C., lo que le convierte en el más antiguo de la ciudad eterna. Según los investigadores, los primeros indicios hacen pensar que se trataba de un santuario en honor a la diosa Fortuna.
El hallazgo se produjo tras excavar debajo de la iglesia de San Homobono en la base de la Colina Capitolina. Sin embargo, acceder a estos restos no fue nada sencillo por su cercanía con el río Tíber, lo que provocaba que el terreno estuviese parcialmente anegado. Y es que el templo está ubicado en lo que habría sido un antiguo puerto en el río. Un centro neurálgico en el comercio de la capital, donde se realizaban transacciones con las mercancías procedentes de Egipto y oriente.
Para realizar los trabajos de excavación los arqueólogos tuvieron que cavar una zanja rectangular de cuatro metros para que una grúa introdujese unas planchas de metal que se utilizaron para contener el agua y el lodo y poder seguir trabajando. Los arqueólogos se vieron obligados a trabajar encerrados en ese pequeño espacio durante unas ocho horas.
Los arqueólogos al frente del proyecto, Albert Ammerman y Nick Terrenato reconocieron que “casi con toda probabilidad” se trata del templo más antiguo que se conoce hasta ahora, un privilegio que hasta ahora tenía el templo de Júpiter, muy cerca de este nuevo hallazgo. En cualquier caso los expertos recordaron que existieron templos aún más antiguos. El problema es que al ser levantados con madera no habrían dejado ningún vestigio. Los restos de cerámica griega encontrados en el nuevo complejo permitieron datar el templo a comienzos del siglo VI a. C. Además, se localizaron todo tipo de copas y figuras de bronce, hueso y marfil, lo que refuerza la idea de que se trata de un santuario cuya finalidad era garantizar el buen comercio.
La excavación también sirvió para descubrir que la piedra utilizada para levantar el templo fue importada. Y es que no corresponde con la roca de tipo volcánico de la zona que se solía usar, sino de un material de mejor calidad y resistencia para evitar que el agua y la humedad dañaran la construcción. En cualquier caso habrá que esperar a la próxima campaña de excavaciones en verano para conocer más detalles de este descubrimiento.
Tomado de: http://www.elnortedecastilla.es/rc/20140209/mas-actualidad/vida-ocio/descubren-templo-antiguo-roma-201402090026.html
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